domingo, 3 de enero de 2016

¿Un videojuego que fomenta el Bullying?


La otra noche decidí hacer limpieza en el disco duro y empezaron a salir cosas que ya ni recordaba que tenía guardadas, y entre ellas estaba esta joyita juego.



El juego es Bully Scholarship Edition y aunque es ya viejecillo, aun puede seguir levantando alguna que otra ampolla.
 Nos ponemos en la piel de  Jimmy Hopkins, un chico de quince años al que han expulsado de media docena de institutos y que llega a la exclusiva escuela de Bullworth, su última oportunidad de hacer algo productivo en la vida. Allí, muy a su pesar, se verá envuelto en toda clase de situaciones que lo llevarán de ser un don Nadie, a ser el auténtico amo del cotarro.

El videojuego calca bastante bien el ambiente que se vive en el típico instituto americano  que tantas veces hemos visto en series y películas. Los alumnos están divididos en bandas: Tenemos a los empollones, asociales gafapastas con tirantes que juegan a Dragones y Mazmorras; los musculitos, estúpidos cachas sin cerebro tan grandes como mulas; los “greasers”, chuletas engominados que se estancaron en los setenta; los pijos, niños de papá que tienen todo cuanto quieren; y los “Townies” (traducido como “malotes”), que son los chicos de los barrios bajos que no van a la escuela. Por último estamos nosotros, que con paciencia y mamporros tendremos que hacernos un hueco entre la peligrosa fauna de Bullworth. Así, a mamporro limpio iremos ganando el respeto de unos y el desprecio de otros.



Por supuesto, un juego violento necesita el uso de armas y  tendremos que defendernos usando diferentes tipos de armas, como tirachinas, petardos o huevos, pero el mejor arma a disposición de Jimmy Hopkins son sus puños pero además podremos conducir bicis, ciclomotores o monopatines. Y si, también podremos ir a clase...... pero evidentemente no vas a jugar a esto para ir a clase ¿verdad?.

No es de extrañar que este juego el día de su lanzamiento viniera cargadito polémica, ya que los desarrolladores son los mismos que los de la famosa saga GTA (Grand Theft Auto). En mi opinión, no considero que este juego fomente el bullying, solo es la historia de un chaval que intenta hacerse un hueco en un nuevo colegio (no de la mejor manera) pero no vemos ni racismo, ni abusos contra un tipo de alumno concreto. Simplemente es un juego con una temática llamativa y novedosa que no se ha visto antes. No muestra para nada escenas tan violentas como podemos pensar (el juego está catalogado para mayores de 16).

En numerosas ocasiones, varias organizaciones se quejan de que los videojuegos traen la violencia a las aulas pero yo considero que es todo lo contrario. Es una vía de escape idónea para aliviar frustraciones o incluso dejar salir esa mala leche acumulada antes de llevarla a las aulas. Es más, hay que recordar que por algo existe el código PEGI en los videojuegos y si a los padres son los que realmente les molesta este tipo de contenido, hay que recordarles que son los padres los responsables del consumo de videojuegos de sus hijos.



En fin, espero no haberos "escandalizado" mucho con mi primera entrada en el blog.


Abraham Ruiz Sánchez