domingo, 3 de enero de 2016

¿"Buenos docentes" sin vocación?


       Hace unos días, un profesor nos preguntó si todos aquellos que estamos cursando el MUFPS tenemos vocación docente. La mayoría de las respuestas fueron: No. Por ello, a partir de dicha pregunta y siguiendo el quinto capítulo de la revista “Reflexiones, Análisis y Propuestas sobre la Formación del Profesorado de Educación Secundaria”, me gustaría reflexionar sobre la siguiente cuestión: ¿EL DOCENTE NACE O SE HACE? Esta pregunta es motivo de debate al plantearnos cuáles son exactamente los factores que un profesor debe tener para que sea un “buen docente”. Dos son los elementos más destacados: la vocación y el conocimiento.

     Generalmente, se ofrece gran relevancia al elemento vocacional, es decir, se considera que el profesor “nace”, y que todo aquel que no tenga vocación, no será un buen docente. El simple hecho de que te guste tu trabajo implica que tu motivación, implicación y dedicación docente sea mayor. Ahora bien, no por ello se debe dejar de lado que todo profesor deba estar en continua formación (el profesor “se hace). Como bien quedó reflejado en algunas comunicaciones de las jornadas, y estandototalmente de acuerdo con la última reflexión de Albael profesor debe tener como objetivo progresar y renovar los métodos y técnicas de enseñanza-aprendizaje adaptándolos a las necesidades e intereses de sus alumnos. Además, como ya se ha comentado en algunas clases, el propio docente aprenderá de su propia experiencia y con sus alumnos.


    Sin embargo, ¡¡y por suerte, compañeros!!, no tener vocación docente no es sinónimo de fracaso en esta profesión. Naturalmente, hay muchos profesores sin vocación cuya actitud es voluntariosa y pueden llegar a alcanzar ese placer de enseñar. No olvidemos que ser docente, no es fácil, pero puede llegar a ser muy gratificante.
     Llegados a este punto podemos decir: entonces, una persona con o sin vocación, pero que esté bien formada en cualquier especialidad (en este caso Geografía, Historia o Historia del Arte), ¿puede ser un buen profesor? La respuesta es: No.



     ¡OJO! La titulación del profesor es importante. Que un docente haya estudiado la asignatura que imparte es esencial porque facilita que éste sea capaz de enseñarlo; PERO, para ello, no hay que olvidar que es necesario, no solo el continuo aprendizaje del profesorado, sino que también es importante que un docente tenga ciertosconocimientos pedagógicos. Dicho esto, creo que habría que reflexionar sobre si el sistema que se está siguiendo actualmente para la formación del profesorado es el adecuado.


¿Por qué la formación pedagógica del profesorado en las distintas etapas educativas -Infantil, Primaria, E.S.O./Bachillerato y Universidad- son diferentes? Mucha gente dirá: es que la profundización en conocimientos específicos es distinta. De acuerdo, pero ¿acaso la dificultad de enseñar en cada una de ellas es diferente? 
¿Por qué durante el Grado (en mi caso de Historia) no se ofertan optativas sobre educación, y sí de arqueología o archivística, si todas son posibles salidas laborales?


MARÍA DELGADO MARTÍN